Un habito que me recuerda a ellos que ya no estan. Un juego, una diversión, que siempre tomaba partido los sabados o domingos por la noche y que nos entretenía sin parar. Por eso quise que ellas recuerden conmigo lo mucho que nos encantaba reirnos y jugar a las cartas. Mentir, burlarnos de nosotras mismas y apostar alguna que otra monedita como premio a quien lograra ganar la partida. Ya era algo natural en todos nosotros. El que no sabía jugar y no tenía intenciones de aprender, anotaba los puntajes. El que quería reirse un rato se sumaba. El que sólo queria sentirse dentro del juego participaba con mates. No había limites de edad, sólo había diversión. Hoy por hoy la mitad de los integrantes nos abandonaron por cuestiones que sobrepasan nuestras manos y por las cuales tarde o temprano nosotras también abandonaremos "el juego". Otros se distanciaron con el viento, y aunque siempre que nos encontramos podemos llegar a plasmar un bosquejo de aquel juego, no es el mismo de aquellos días atrás donde todo era diferente, eramos más jovenes y estabamos todos juntos.

Publicado por Solee a las 5:12 p. m.