
Qué hacer, qué decir?. Cómo cortar ese sentimiento así de golpe, si no estaba estorbando a un personaje, si me estaba estorbando a mí. Dicen que los buenos actores encuentran ese corte, pero creo yo saber muy bien que hablamos de personajes, caras, mátices, y no de la vida misma, la vida propia, la del actor. Ese corte sí se encuentra si la vida es ajena, pero ¿para la propia existe tal corte?. No lo sé. No lo creo. O por lo menos no lo encontré en ese momento. No fue placentero, nunca lo es, recordar eso que te hace mal, que te hace mal porque nunca dejo de hacerte mal, porque nunca se volvió parte del pasado... lamentablemente. En fin, no hubo más opción que seguir. En definitiva, siempre es la única opción. De las otras ni hablamos, quedan descartadas, o quedaron descartadas alguna que otra vez donde se cruzó algún tipo de alternativa diferente a la convencional y después de un tiempo o incluso en ese presiso instante decidiste descartarla por completo tarada o absurda. Al rato concluímos sabiendo que no hay nada más tonto que creer que uno puede olvidar... algo que le marcó la vida.
0 Comentarios:
Publicar un comentario