Derrepente toda una vida llena de injusticias se descargó en un pobre chico, que con un alfiler, me tocó cual bomba y me hizó estallar. El miedo que sentía mientras me preguntaba por qué había actuado de esa manera era estrepitoso. No sé si sería por la cantidad de años que llevo en ese lugar que saca lo mejor, pero también lo peor de mí por momentos. O porque derrepente me dí cuenta que Sole no es más que una persona que está sumergida en todo lo que su historia le creó alrededor y no vió más alternativa que encontrarse con sí misma, con la Sole que lleva muy dentro y que no quiere sacar para no parecer eso que parece. Si, eso que parece. Creo que no soy eso. O por lo menos estoy segura de que no quiero ser eso. Y ya que estoy estudiando biología qué es mejor: la espiración o la expiración. Suene como suene la dos suponen de alguna forma la relajación, siempre y cuando sea en determinadas circunstancias. Una por la exaperación de la cotidianidad y otra por la exasperación de una larga vida. Las posibilidades entonces se reducen a un diminutivo porcentaje de ser lo que uno es y aceptarlo, o ser lo que uno es y vivir con ese karma toda su vida. O acaso existe otra opción.
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